viernes, 6 de noviembre de 2015

La confusión entre meningitis y meningoco. Utilidad de la nueva vacuna contra el meningoco B.

Iago López Gálvez
Médico de Familia


Muchos de los que comenzarán a leer este artículo, si son padres de niños pequeños, a estas alturas ya habrán leído o participado en hilos de Whatsapp con auténticas diatribas sobre si vacunar a los niños contra el meningococo B y con anuncios por parte de algún miembro de que se ha enterado de "un nuevo caso de meningitis" en el colegio de al lado, que le ha contado una persona de confianza.

Antes de comenzar, deberíamos desmontar un error semántico que es muy responsable de muchas de alarmas inmotivadas que surgen cada vez que hay una sospecha de meningitis. Porque es muy importante recordar que no todas las meningitis (ni mucho menos) son causadas por meningococos, ni todas las infecciones por meningococos consisten en meningitis. A día de hoy, está claro que aquél que "bautizó" a este tipo de bacteria (una neisseria) con el desafortunado nombre de "meningococo", no sabía a lo que iba a exponer a una serie de personas mal informadas.

Comencemos pues con la definición de la meningitis: La meningitis es, por ovbio que parezca, la inflamación de las capas meníngeas del encéfalo, del mismo modo que la pancreatitis es la inflamación del páncreas o la hepatitis, la inflamación del hígado. Estos nombres, aluden al órgano inflamado, pero no a su causa, que puede ser, en estas tres enfermedades, de muchas naturalezas (infecciosas víricas, bacterianas, parasitarias, autoinmunes, etc).

En el caso de la meningitis, pueden ser 1) víricas (una gran proporción de los casos totales, según los datos que manejamos), la mayor parte de pronóstico benévolo, salvo ciertos casos concretos. Los virus más frecuentes son enterovirus no-polio, pero también el de las paperas, algunos virus de la familia herpética, etc). Su importancia casuística pueden verla en este recuadro:

Incidencia de meningitis víricas de 1997 a 2011
Fuente: Boletín Epidemiolóxico de Galicia, Vol. XXV
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2) Otra causa frecuente son las meningitis bacterianas. En este grupo encontramos, como causantes habituales hasta hace poco:

- Meningococo: el más "famoso", aunque como decíamos, menos frecuente que ciertos virus. Cuando causa un cuadro de meningitis propiamente dicha, suele responder bien al tratamiento antibiótico precoz. Existen varios serotipos (A, B, C, W135...). Hasta hace relativamente pocos años, el serotipo C tenía una incidencia elevada, y gracias a las campañas vacunales, su presencia cada vez es más anecdótica en Galicia. Esto ha hecho ganar peso relativo al tipo B, que no ha aumentado en frecuencia, pero no ha disminuido tan drásticamente como el C.

- Haemofilus influenzae: En vías de desaparición en Galicia gracias a las campañas de vacunación (provocaba infecciones letales de otros tipos con cierta frecuencia).

- Neumococo: Una de las causas más temidas. Aunque poco frecuentes, cursa con un cuadro más complicado que el meningococo, y frecuentemente deja secuelas si el paciente sobrevive.

- Otros: Estafilococos, estreptococos, pseudomonas, etc, también con cuadros graves pero de escasa incidencia en el niño hoy en día.

Aparte de las víricas y bacterianas, también existen otras causas de menor frecuencia, tales como las autoinmunes, por hongos, parásitos, tumores, etc...

En resumen, meningitis simplemente implica enfermedad que cursa con inflamación de las membranas meníngeas. Es una denominación demasiado amplia, que debería acompañarse del causante, si queremos sacar conclusiones sobre qué impacto va a tener sobre posibles contagios y tratamientos.

Ahora, vayamos a la definición del meningoco: Se trata de una bacteria, la neisseria meningitidis, perteneciente a las neisserias, familia a la que también pertenece el gonococo, causante de la gonorrea (neisseria gonorrhoeae) y ciertas bacterias de la flora nasofaríngea normal.

Esta bacteria, de nombre capcioso (hace creer que su territorio exclusivo es la meninge), provoca más tipos de infecciones que simplemente una meningitis bacteriana (que cura en un buen número de casos con tratamiento antibiótico, sin secuelas). Además de meningitis, en otros individuos puede provocar también cuadros locales en las vías respiratorias, e incluso también un cuadro séptico (infección sanguínea diseminada), que en algunos casos evoluciona de un modo fulminante, y es esta sepsis meningocócica la verdadera causante de la merecida mala fama del meningococo. Pero el paciente que fallece de esta causa, no ha fallecido de una inflamación meníngea, sino de una infección sanguínea masiva y fulminante por un germen al que a alguien se le ocurrió llamar meningococo.

Por lo expuesto, y dado que meningococo no implica meningitis, y que la meningitis no implica meningoco, mi consejo es que, antes de propagar información sobre "un caso de meningitis" que le acaban de contar, pida información a la persona que le ha informado en primera instancia, para que sea más específica.

Vayamos ahora a la respuesta a algunas preguntas que surgen ante la reciente epidemia:

- ¿Estamos ante un brote epidémico de enfermedad meningocócica por serogrupo B?
No, ¡al contrario!. Las estadísticas que exhibe la Xunta de Galicia demuestran que no estamos ante un aumento en la casuística de enfermedad por meningococo, ni siquiera del serotipo B, estando ante una disminución sostenida de todos los tipos desde antes del año 2000. Sin embargo, desde hace algo más de un año, vemos una proclamación a los cuatro vientos de cada caso diagnosticado de enfermedad meningóocócica, e ignoro hasta qué punto puede ser por la volatidad de la información en la era de internet y de los whatsapps, o por el interés de ciertos medios en publicar enfermedades que alarmen al lector. Como hemos dicho un párrafo más arriba, sean prudentes cuando interpreten los rumores.

En el gráfico que aportamos inmediatamente bajo estas líneas, podemos ver cómo ha bajado la incidencia de enfermedad meningocócica en general y en menor medida, la enfermedad meningocócica causada por el serotipo B. La principal causa es la erradicación del meningococo C gracias al calendario vacunal (la vacuna contra el tipo C es suministrada gratuitamente por la Consellería de Sanidade, y es eficaz contra el serotipo históricamente más frecuente en Galicia). A consecuencia de ello, quedan pocos casos de enfermedad meningocócica en Galicia, pero de esos pocos casos, el 80% son por serotipo B.
A la izquierda, casos de enfermedades por meningocos en general (A, B, C etc) frente a
casos causados por el meningococo B propiamente dicho
A la derecha, comparativa de la incidencia en el grupo de 0 a 2 años frente al de 2 a 4 años
Fuente: Venres Epidemiolóxico Vol 4, nº 10.
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- ¿Es una irresponsabilidad llevar a mi hijo sin vacunar contra el meningococo B? 
Definitivamente, no. Como pueden ver en las gráficas que publicamos del INE, en el 2012, por ejemplo, fallecieron 58 niños en edad pediátrica en accidentes de tráfico, frente a 7 por enfermedad meningocóccica. 41 niños fallecieron por ahogamiento, 13 por caídas accidentales. Según las estadísticas que maneja la Xunta de Galicia, el NNT (número de pacientes a tratar para evitar un caso -no una muerte, un caso-) de enfermedad por meningococo B, es de unos 7426. Es decir, por cada 7426 niños vacunados se evita un caso(Venres Epidemiolóxico Vol 4, nº 10). 
Además, en vista de las estadísticas de mortalidad infantil, podemos ver como puede parecer más razonable hacer que nuestro hijo lleve diaramiente un chaleco salvavidas para evitar ahogamientos y un casco militar para evitar accidentes con traumatismo craneoencefálico; causas, a fin de cuentas, más probables, y por tanto más amenazantes que el meningococo. Pero no lo vamos a hacer, porque en este caso, nos sentiríamos estúpidos. La diferencia con las enfermedades de este tipo, es que apelan a nuestros miedos atávicos para persuadirnos de actuar, para no vivir con el miedo de que el niño pueda fallecer por una enfermedad evitable. El miedo a esas otras causas, que, en realidad son amenazas mayores para nuestros hijos, las minimizamos, pensando que eso es un problema de los padres descuidados, pero al nuestro no le va a pasar eso (pero pasa). También minimizamos el miedo a un accidente de tráfico (recordemos, 58 niños fallecidos), porque somos muy buenos conductores, a diferencia de los demás a los que les vociferamos y les tocamos el claxon.

 
Análisis de fallecimientos en edad infantil en 2012.
Enfermedad meningocócica vs otras meningitis vs accidentes
Fuente: Instituto Nacional de Estadística
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Lo que pretendo mostrar con estas estadísticas es que, si usted vive en una situación económica desahogada y no supone ningún esfuerzo económico para usted inmunizar a sus hijos, no hay problema: Es inocua, y todo hace pensar que es eficaz.

Pero, si por el contrario, usted no puede permitírsela, en ningún momento debería pensar que está usted haciendo el kamikaze con su hijo evitando la vacuna, y, por ese rango de precio, existen inversiones mucho más útiles para proteger la vida de su hijo, como adquirir un sistema de sujección de la mejor calidad disponible, para llevar a su hijo en coche durante los desplazamientos, y por supuesto utilizarlo siempre y sin excusas (aún en trayectos cortos urbanos, existe riesgo de accidente, y el niño siempre debe ir bien sujeto).


Como resumen final, recuerden: Cuando “oigan sobre un niño que está con meningitis”, sean cautos, intenten averiguar a qué se refieren, corremos el riesgo de confundir cosas que no tienen relación entre sí. Si no logran averiguarlo, mi consejo es que no causen más angustia en las personas que saben gestionar mal el estrés de estas situaciones. No propaguen información no contrastada o incompleta.

Y con respecto a la vacuna... Si no pueden vivir con el miedo, y tienen una situación económica desahogada, no es lesivo vacunarle. Pero no olviden que se angustian ante una enfermedad que está en mínimos históricos a nivel de incidencia, y que una serie de gestos como no apretar tanto el acelerador, identificar fuentes de peligro de accidentes en su hogar, una buena educación vial urbana para su hijo (para evitar que irrumpa en la calzada), o una buena silla de sujección para el coche, son una solución más útil, más económica y previenen más el riesgo de muerte (y no son excluyentes de poder poner además la vacuna, claro).